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Gerontología feminista

Anna Freixas Farré, doctora en psicología y gerontóloga feminista española explica que “la gerontología feminista tiene como objetivo desvelar el carácter socialmente construido de los significados y valores que rodean la vida de las mujeres mayores, analizar las normas culturales que limitan su vida durante la vejez, examinar detenidamente los antecedentes y las condiciones de la desigualdad en función de la diferencia sexual e informar sobre sus consecuencias tanto en el desarrollo de las personas como en la construcción del conocimiento.”
Feminización del envejecimiento
Según el informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas (DESA) “World Population Ageing 2019”, a nivel mundial, la esperanza de vida al nacer de las mujeres supera a la de los hombres en 4,8 años y, en algunas regiones del mundo, puede llegar a superar los 6 años. 

Por tanto, en edades avanzadas el porcentaje de mujeres es mayor que el de los hombres y, por ello, hablamos también de feminización del envejecimiento.








Pero, ¿por qué es importante esta diferencia? ¿Qué tiene que ver el feminismo con los años de vida? El problema de la feminización del envejecimiento es que, como consecuencia de factores sociales, biológicos, económicos, sociológicos, entre otros, las mujeres viven más años pero con peores condiciones de vida. 

Como confirma el informe de HelpAge sobre mujeres mayores de 2021, "tener un menor acceso a los recursos, contar con un nivel adquisitivo más bajo, asumir tareas de cuidados sin contar con apoyos o tener peores diagnósticos médicos (debido, en gran parte, a los sesgos de género en la medicina y a una menor investigación aplicada en procesos de diagnóstico y curación) son algunos de los factores que inciden en la salud y el bienestar de las mujeres mayores".
Doble discriminación
Esta feminización de la vejez provoca que haya dos problemas sociales que hacen presión y una doble discriminación: el edadismo y el machismo.

La Organización Mundial de la Salud define el edadismo como los estereotipos (lo que pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas debido a su edad. El peso lo sufren por partida doble: no incluidas en el imaginario social por "mayores" pero también excluidas u olvidadas por el feminismo. Para Belén Martínez Periañez de la Fundación HelpAge España, que se dedica a combatir el edadismo y defender los derechos de las personas mayores, "dentro del feminismo no se incluye a mujeres mayores muchas veces, es necesario que el movimiento también las haga visibles".

 
Las mujeres de avanzada edad, pese a ser un grupo extremadamente vulnerable si hablamos de machismo, no suelen ser protagonistas de la lucha social que parece reservada para las jóvenes. 

El Ministerio del Interior registra a casi 40.000 maltratadas mayores de 65 años en 2023, un 16% más que hace un año. Las víctimas de violencia machista de la tercera edad suponen el 6% del total de las mujeres maltratadas que están registradas por las estadísticas de VioGén.
Si se analizan los asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas, desde 2003 ha habido 148 feminicidios de víctimas mayores de 61 años, lo que supone un 12,7 % del total de los crímenes machistas.
Invisibilizadas e infrarepresentadas
En el informe de 2021 de HelpAge se destaca que "Esto hace que las mujeres mayores estén infrarrepresentadas en el cine, la publicidad y en los productos culturales en general y, cuando aparecen, lo hagan desde su rol de abuelas y/o cuidadoras asumiendo un papel secundario o accesorio y cargado de estereotipos: tienen pocos estudios, son débiles y torpes para la tecnología, se ignoran sus necesidades, pensamientos o proyectos vitales y se anula su sexualidad"

La mujer, llegada  a cierta edad, no aparece tan representada en espacios audiovisuales, en historias de ficción, en campañas de moda...  Una investigación realizada por la Universidad Internacional de Valencia y la Universidad CEU Cardenal Herrera, arroja luz sobre esta problemática y concluye que un 90% de los periodistas especializados considera que  "los mayores no están suficientemente presentes en los medios en relación con su creciente posición económica y peso demográfico". La representación es, si cabe, menor si hablamos de mujeres, que ya tienden a recibir poca  o, de hacerlo, es mayoritariamente estereotípica.

Además, esto se intensifica si cabe cuando nos referimos a personas mayores dentro de colectivos, nos cuenta Martínez, 
“creo que están también invisibilizadas las personas mayores afro o las personas mayores LGBT. Es decir, al final sí que llega habiendo unas intersecciones y unas escalas de poder. Entonces, también se ejerce violencia contra eso. No creo que estemos siendo machistas como tal, sino creo que estamos ejerciendo formas de opresión”.

 
Para más del 80% de los periodistas especializados de dicha investigación "la imagen que se ofrece de este colectivo no está ajustada a su realidad, y además opinan que resulta peyorativa, paternalista o sensacionalista". Es entonces ahí donde, según Belén Martínez, hay que trabajar. En sus palabras, "nuestro papel es importante para superar esos prejuicios, está en nuestra mano hacer una forma distinta de divulgación que no sea pesimista o derrotista, como se suelen poner, en llegar a estas edades". 
Para HelpAge, esta invisibillización ocurre en todos los espacios, no sólo se trata de invisibilización política o en la prensa. El contenido audiovisual y las campañas publicitarias de industrias como la moda también tienen que reinventarse en cuanto a la representación de la mujer mayor, muchas veces siendo relacionada con la función reproductiva que es estereotipo para la mujer en todas las edades. Aunque también se da una dicotomía "por un lado, presenta a la abuelita entrañable (cuidadora y asexual) y, por otra, a la vieja bruja (fea, gruñona, mala)" que es herencia del machismo integrado socialmente que asocia a la mujer otra dicotomía, "buena esposa y madre (cuidadora, obediente, complaciente) y la mujer fatal (mala, misteriosa, atractiva sexualmente)". 

En cuánto a las campañas  de moda y tiendas de ropa Martínez reflexiona:

 

“Parece que las marcas de moda... no tienen ningún modelo mayor. Y en eso es terrible. La industria de la belleza y de la moda también tienen que acogerlas. Y ahí también no es únicamente trabajo de ellas, sino también de lo que el capitalismo realmente espera. ¿Hasta qué punto esas personas

no están siendo incluidas dentro de estas industrias?”.

Según el antropólogo Leo Simmons, la vejez se refiere más a un acontecimiento social que a unas características fisiológicas, es decir, la vejez empieza cuando un grupo social o sociedad de la que forma parte lo reconoce como una persona vieja, produciéndose una situación en que la edad social que se estipula como determinante del inicio de la vejez nada tiene que ver con la edad cronológica.

 
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Entonces, son las sociedades que condicionan la cantidad y calidad de vida en esta etapa y la situación de dependencia en la que se encuentran los ancianos se debe a la política social. Por tanto, entendemos que la política y lo social tiene doble culpabilidad en convertir a las mujeres mayores en invisibles.

Existe en este vacío, una falta de información, estadísticas y espacios para que se conozca la problemática y eso, "es un obstáculo para el desarrollo de políticas y programas con perspectiva de género y edad".

 
Las mujeres se encuentran por tanto con diferentes formas de discriminación dependiendo de otros criterios sociales, como defiende la teoría del feminismo interseccional. En el caso de las que han alcanzado la vejez, HelpAge manifiesta que, además "sufren las consecuencias o el impacto de situaciones de violencia o discriminación vividas en el pasado".

¿Por qué al llegar a avanzada edad las mujeres nos volvemos invisibles?

"Porque ya no entramos dentro de los cánones de la sociedad. Para la sociedad ya no tienes más funciones que cumplir, has reproducido, has criado a tus hijos, has formado parte del sistema de cuidados…”

¿Cómo podríamos cambiar esto?

 "Creo que para empezar para mí, lo más importante es empoderar a las mujeres, hablar con ellas y que ellas se sientan escuchadas…”

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